Nuevos retos para la industria editorial
Son actores como Amazon, Apple, Google, etcétera, cuyos nuevos formatos electrónicos y modelos de distribución de libros han creado nuevos y rentables mercados, que parecen favorecer la creación de pequeñas empresas editoriales independientes.
Sin pretender listar las nuevas opciones con las que cuenta la industria, destaca la Impresión digital o “Libro o Impresión bajo Demanda”. para las ediciones físicas. No obstante su alto costo por ejemplar, esa tecnología ofrece grandes ahorros de producción, almacenamiento y manejo de inventario lo que permite producir un mayor número de títulos con tirajes limitados a las ventas de libros. Esta facilidad permite crear una “Cola Larga” como la llama el editor de la revista “Wired”, Chris Anderson cuyas gráficas muestran una línea horizontal que representa una oferta cada vez mayor de libros, cuyo volumen individualizado de ventas es muy bajo comparado con las de los grandes éxitos.
En Estados Unidos hay empresas como Lighting Source (subsidiaria de la distribuidora Ingram) y Lulu que ofrecen además de los mencionados servicios de impresión POD, la distribución de libros en la creciente red de librerías digitales como Amazon, lo que implica importantes ahorros de mercadeo. Esas empresas ofrecen un riguroso control automatizado de las ventas incluido el cobro, lo que facilita la contabilidad y el pago de derechos de autor e impuestos.
Los nuevos libros digitales son sin duda otra atractiva opción que apoya el desarrollo de las pequeñas editoriales ya que de manera relativamente económica éstas pueden ofrecer sus contenidos para el Kindle, el nuevo Nook de Barnes & Noble y el iPhone de Apple. Si bien es cierto que los precios unitarios son generalmente mas bajos que los de las ediciones físicas, la posibilidad de atraer nuevos lectores e incrementar la demanda de los títulos es un atractivo difícil de dejar pasar. No hay que olvidar que la base de usuarios del iPhone y el iPod Touch pronto alcanzará la 50 millones de lectores potenciales. Asimismo, el porcentaje de libros disponibles en forma de “Apps” en iTunes es cada día mas grande, lo que refleja una tendencia que no es posible ignorar. Asimismo, el Kindle, el Sony Reader y otros aparatos representan una nueva oportunidad para el libro digital ya que la ventas de mas de 2 millones de aparatos muestra que hay un gran número de lectores que están buscando nuevas plataformas que abaraten y hagan accesibles los libros. En los próximos meses saldrán al mercado varios aparatos lectores y el rumor de una “tableta” de Apple ha despertado en la industria expectativas de todo tipo.
Otro formato que ha servido de apoyo para pequeñas editoriales aunque en menor escala es la publicación de libros para ser leídos por computadora. Ese formato además de tener problemas de derechos, es redundante desde la llegada de los libros electrónicos. Además no fue rentable para la literatura, no obstante las expectativas que despertó hace 10 años “Riding the Bullet”, una novela de Stephen King que el autor distribuyo directamente por Internet e incito a otros autores a considerar esa posibilidad.
Como se puede apreciar, la tecnología ha reducido dramáticamente los costos de producción física de libros y las librerías virtuales han abierto los canales de distribución, incluido el formato electrónico lo que hace posible que las pequeñas empresas puedan promover nuevos autores y títulos considerados “nichos”. Este nuevo segmento contrasta con la oferta limitada de las empresas tradicionales de medios que operan en torno a grandes y costosas promociones de “best Sellers” como el mas reciente de Sara Palin o “El último Símbolo” de Dan Brown.
Es importante señalar que “hits” como los mencionados son adquiridos por lectores ocasionales que muy pocas veces compran libros y por lo tanto no son sujetos de ser atraídos por “nichos” de nuevos autores.
Las grandes casas productoras de “best sellers” y las nuevas editoriales. enfrentan el gran reto que implica un enorme y creciente oferta de material de lectura y una cada vez mas desproporcionada relación inversa con un número limitado de lectores. Como señala el artista Pablo Helguera, en este mundo de contenido literario ilimitado generado por la proliferación de blogs, facebook, twitter y los libros digitales, las editoriales encaran un mundo en el que todos somos autores en busca de un mismo lector.